LA UNIDAD DEL SNTE
Vicente Oria Razo* 
ecosdelacosta.com

Diversos grupos de poder, algunos dominantes en los medios de comunicación, promueven campañas contra el Sindicato Nacional de Trabajadores de Educación (SNTE) y sus líderes. Según lo que expresan sus voceros, no les conviene que el SNTE sea tan poderoso. Es el Sindicato más grande de América Latina y de mayor calidad cultural. Proponen que se desintegre en pequeños sindicatitos desligados entre sí, sin memoria histórica ni conciencia gremial.
    En esta época de confusión afloran los intereses ilegítimos, el aventurerismo y las acciones divisionistas que dañan la unidad sindical del magisterio. Los grupos de poder no dejan de infiltrar y financiar los movimientos contrarios a la unidad del organismo sindical del magisterio. Sin embargo, la Ley General de la Educación establece que el SNTE tiene la titularidad única como representación de los trabajadores de la educación.
    Fueron muchos y muy eminentes los maestros que se dedicaron a lograr la unidad sindical del magisterio. En la lucha por su organización sindical que se desarrolló de 1928 a 1942, destacaron entre otros, los profesores siguientes: Fernando Castellanos, José Padilla Montoya, Rafael Méndez Aguirre, Matías López, Rafael Molina Betancourt, Rafael Herrera Ángeles, Tomás Cuervo, Roberto Barrios, Lino Santacruz, Gaudencio Peraza, Mario Aguilera Dorantes, Federico Berrueto Ramón, Luis Chávez Orozco, Manuel López Dávila y Ramón G. Bonfil.
    El SNTE desde su integración en el Congreso de Unificación Magisterial de diciembre de 1943 hasta nuestros días, ha realizado labores importantes: la propiamente sindical destinada a mejorar las condiciones laborales de sus agremiados; la educativa para mejorar los servicios escolares y defender los principios del Artículo Tercero Constitucional y la política en beneficio de los intereses del pueblo y la nación.
    Lo conveniente para los propios maestros, y para el Estado, es que los maestros encuentren los caminos de la concordia y defiendan resueltamente la unidad de su Sindicato Nacional. Es una organización de frente amplio, plural en su composición. En su seno conviven todas las ideologías y las militancias políticas. Efectivamente constituye el sindicato más grande de América Latina y tiene una singular fortaleza por la preparación, cultura y misión de sus agremiados. Es poderoso.
    Los maestros están en todas partes y su voz tiene resonancia. Donde quiera se reconoce su autoridad moral. El ameritado educador de Aguascalientes, Refugio Esparza Reyes ha advertido, con la autoridad de su experiencia, que el tiempo es breve y deben aprovecharlo. Si lo malgastan en actividades contrarias a la misión que tienen encomendada, pueden perder el afecto, respeto y consideración que les guarda la sociedad.
    La unidad sindical de los maestros mexicanos fue forjada por las luchas y la acción humana de un magisterio que se entregó en cuerpo y alma a las mejores causas de México. Con la unidad los maestros han logrado mejorar sus salarios y ampararse en leyes y reglamentos que protegen sus derechos laborales. Han conquistado múltiples prestaciones sociales y han logrado una considerable influencia política en el país.
    La unidad en el Sindicato de Maestros es importante para el país y para la educación, pero sobre todo para el mismo magisterio. Se ha dicho bien que la unidad vale tanto o más que los aumentos de sueldos y otras prestaciones. Los maestros deben conciliar sus intereses para mantenerse unidos ligados al pueblo, como parte del pueblo. La unidad es la fuerza para defender sus derechos y los mejores intereses de la nación.
    Con palabras tan fuertes como las balas de cañón es aconsejable felicitar a la inmensa mayoría de los maestros mexicanos que en todo el país cumplen responsablemente con sus altas tareas de educar y cuidan celosamente la unidad del magisterio nacional. Saben que en la educación se juega el destino de México.
   
    *Periodista